| |
Stay for me there! I will not fail
To meet thee in that hollow vale. Exequy on the death of his wife, by Henry King, Bishop of Chichester. |
¡Espérame allá! Yo iré a encontrarte
En el profundo valle. Funerales en la muerte de su esposa) (Henry King, obispo de Chichester, |
ILL-FATED and mysterious man! --bewildered in the brilliancy of thine own and fallen in the flames of thine own youth! Again in fancy I behold thee! Once more thy form hath risen before me! --not --oh not as thou art --in the cold valley and shadow --but as thou shouldst be --squandering away a life of magnificent meditation in that city of dim visions, thine own Venice --which is a star-beloved Elysium of the sea, and the wide windows of whose Palladian palaces look down with a deep and bitter meaning upon the secrets of her silent waters. Yes! I repeat it-as thou shouldst be. There are surely other worlds than this --other thoughts than the thoughts of the multitude --other speculations than the speculations of the sophist. Who then shall call thy conduct into question? who blame thee for thy visionary hours, or denounce those occupations as a wasting away of life, which were but the overflowings of thine everlasting energies? | ¡Hombre infortunado y misterioso, deslumbrado por el brillo de tu propia imaginación y ardiendo en las llamas de tu propia juventud! ¡De nuevo te contemplo con la imaginación! ¡Una vez más tu figura se alza ante mí! No; no como tú eres en el frío valle de la sombra, sino como deberías ser, disfrutando de una vida de magnífica meditación en aquella ciudad de oscuras visiones, tú, Venecia, Elíseo amado de las estrellas, allí donde los amplios ventanales de los palacios paladianos descubren en profundas y amargas miradas los secretos de sus silenciosas aguas. ¡Sí! lo repito como tú deberías ser. Existen seguramente otros mundos distintos de éste; otros pensamientos que los pensamientos de la multitud y otras especulaciones que las especulaciones de los sofistas. ¿Quién, entonces, podría poner obstáculo a tu conducta? ¿Quién podrá censurarte por tus horas visionarias o denunciar aquellas ocupaciones tuyas como una pérdida inútil de tiempo, que no eran sino desbordamientos de tu inagotable energía? |
It was at Venice, beneath the covered archway there called the Ponte di Sospiri, that I met for the third or fourth time the person of whom I speak. It is with a confused recollection that I bring to mind the circumstances of that meeting. Yet I remember --aah! how should I forget? --the deep midnight, the Bridge of Sighs, the beauty of woman, and the Genius of Romance that stalked up and down the narrow canal. | Fue en Venecia, bajo el arco cubierto del Ponte di Sospiri, donde me encontré por tercera o cuarta vez con la persona de quien hablo. Sólo muy confusamente recuerdo las circunstancias de aquel encuentro. Sin embargo, recuerdo (¡ah! ¿cómo podría olvidarlo?) la profunda medianoche, el Puente de los Suspiros, la belleza femenina y el romántico ensueño que parecía cernerse sobre el estrecho canal. |
It was a night of unusual gloom. The great clock of the Piazza had sounded the fifth hour of the Italian evening. The square of the Campanile lay silent and deserted, and the lights in the old Ducal Palace were dying fast away. I was returning home from the Piazetta, by way of the Grand Canal. But as my gondola arrived opposite the mouth of the canal San Marco, a female voice from its recesses broke suddenly upon the night, in one hysterical, and long continued shriek. Startled at the sound, I sprang upon my feet: while the gondolier, letting slip his single oar, lost it in the pitchy darkness beyond a chance of recovery, and we were consequently left to the guidance of the current which here sets from the greater into the smaller channel. Like some huge and sable-feathered condor, we were slowly drifting down towards the Bridge of Sighs, when a thousand flambeaux flashing from the windows, and down the staircases of the Ducal Palace, turned all at once that deep gloom into a livid and preternatural day. | Era una noche de insólita oscuridad. En el gran reloj de la Piazza habían dado las cinco de la madrugada italiana. La plaza del Campanile estaba silenciosa y desierta y las luces del viejo Palacio Ducal iban desvaneciéndose rápidamente. Regresaba a mi casa desde la Piazetta, por el gran canal. Pero cuando mi góndola llegó a la desembocadura del canal de San Marcos, una voz femenina estalló de pronto en el profundo silencio de la noche con un grito salvaje, histérico y prolongado. Sobresaltado por aquel sonido, me puse de pie, mientras el gondolero dejaba su único remo, que se perdió en las aguas oscuras sin posibilidad alguna de recuperarlo, quedando, por tanto, abandonados al curso de la corriente que va desde el canal más grande al pequeño. Como un enorme cóndor de plumas negras, nuestra embarcación iba derivando hacia el Puente de los Suspiros, cuando un millar de antorchas que flameaban en las ventanas y descendían la escalinata del Palacio Ducal, convirtieron de pronto toda aquella profunda oscuridad en un día lívido y sobrenatural. |
A child, slipping from the arms of its own mother, had fallen from an upper window of the lofty structure into the deep and dim canal. The quiet waters had closed placidly over their victim; and, although my own gondola was the only one in sight, many a stout swimmer, already in the stream, was seeking in vain upon the surface, the treasure which was to be found, alas! only within the abyss. Upon the broad black marble flagstones at the entrance of the palace, and a few steps above the water, stood a figure which none who then saw can have ever since forgotten. It was the Marchesa Aphrodite --the adoration of all Venice --the gayest of the gay --the most lovely where all were beautiful --but still the young wife of the old and intriguing Mentoni, and the mother of that fair child, her first and only one, who now deep beneath the murky water, was thinking in bitterness of heart upon her sweet caresses, and exhausting its little life in struggles to call upon her name. | Un niño, deslizándose de los brazos de su propia madre, había caído desde una ventana superior de la alta estructura al fondo del oscuro y profundo canal. Las tranquilas aguas se habían cerrado plácidamente sobre su víctima; y aunque mi góndola era la única embarcación a la vista, muchos decididos nadadores se habían lanzado a la corriente y buscaban en vano sobre la superficie el tesoro que sólo podía encontrarse, ¡ay!, sólo podía encontrarse en el abismo. Sobre el ancho rellano de losas negras a la entrada del palacio y unos cuantos escalones por encima del agua, se alzaba una figura que nadie de los que entonces la vieron han podido olvidar jamás. Era la marquesa Afrodita, la adoración de toda Venecia —la más bella de las bellas, la más hermosa allí donde todas son bellas—; pero, sin embargo, joven esposa de un viejo e intrigante Mentoni y madre de aquella bella criatura, su primer y único hijo, que ahora en las profundidades del agua cenagosa estaría pensando con el corazón angustiado en las dulces caricias de ella y agotando su pequeña existencia en esfuerzos desesperados para pronunciar su nombre. |
She stood alone. Her small, bare, and silvery feet gleamed in the black mirror of marble beneath her. Her hair, not as yet more than half loosened for the night from its ball-room array, clustered, amid a shower of diamonds, round and round her classical head, in curls like those of the young hyacinth. A snowy-white and gauze-like drapery seemed to be nearly the sole covering to her delicate form; but the mid-summer and midnight air was hot, sullen, and still, and no motion in the statue-like form itself, stirred even the folds of that raiment of very vapor which hung around it as the heavy marble hangs around the Niobe. Yet --strange to say! --her large lustrous eyes were not turned downwards upon that grave wherein her brightest hope lay buried --but riveted in a widely different direction! The prison of the Old Republic is, I think, the stateliest building in all Venice --but how could that lady gaze so fixedly upon it, when beneath her lay stifling her only child? Yon dark, gloomy niche, too, yawns right opposite her chamber window --what, then, could there be in its shadows --in its architecture --in its ivy-wreathed and solemn cornices --that the Marchesa di Mentoni had not wondered at a thousand times before? Nonsense! --Who does not remember that, at such a time as this, the eye, like a shattered mirror, multiplies the images of its sorrow, and sees in innumerable far-off places, the wo which is close at hand? | Ella estaba sola. Sus pies pequeños y plateados centelleaban en el negro espejo de mármol que tenían debajo. Su cabello, medio suelto del peinado de baile, se enroscaba entre una profusión de diamantes, rodeando su cabeza clásica, en bucles como los de la joven Jacinta. Una túnica de gasa, de una blancura nívea, parecía ser lo único que cubría su delicado cuerpo; pero el aire veraniego y de la medianoche era cálido, pesado y tranquilo, y ningún movimiento en la estatuaria forma agitaba ni siquiera los pliegues de aquella túnica tenue, que caía sobre ella como el pesado ropaje marmóreo cae sobre Niobe. Sin embargo —parece extraño decirlo—, sus ojos grandes y brillantes no se volvieron hacia aquella tumba donde su más brillante esperanza yacía enterrada, sino que estaban fijos en una dirección completamente distinta. La prisión de la vieja república es el edificio más importante de toda Venecia; pero ¿cómo podía aquella mujer mirarlo tan fijamente entonces, cuando debajo yacía enterrado su único hijo? Allá en la oscuridad, también en aquel oscuro nicho que está precisamente frente a su ventana, ¿qué podía haber, pues, en sus sombras, en sus cornisas solemnes, que la marquesa de Mentoni no hubiera podido admirar un millar de veces antes? ¡Tonterías! ¿Quien no recuerda que en Ocasiones como aquélla, el ojo, como un espejo roto, multiplica la imagen del dolor y ve en innumerables sitios distantes lo que está al alcance de la mano? |
Many steps above the Marchesa, and within the arch of the water-gate, stood, in full dress, the Satyr-like figure of Mentoni himself. He was occasionally occupied in thrumming a guitar, and seemed ennuye to the very death, as at intervals he gave directions for the recovery of his child. Stupefied and aghast, I had myself no power to move from the upright position I had assumed upon first hearing the shriek, and must have presented to the eyes of the agitated group a spectral and ominous appearance, as with pale countenance and rigid limbs, I floated down among them in that funereal gondola. | Algunos escalones por encima de la marquesa, y bajo el arco de la puerta del desembarcadero, se hallaba de pie, completamente vestida, la figura, semejante a la de un sátiro, del mismo Mentoni. Estaba ocasionalmente ocupado en rasguear una guitarra y parecía algo molesto con la misma muerte, y a intervalos daba órdenes para recuperar a su hijo. Estupefacto y espantado, no era capaz de moverme de la postura que había adoptado al oír el grito, y debía de presentar a los ojos del agitado grupo un aspecto de aparecido cuando, con el semblante pálido y los miembros rígidos, flotaba ante ellas en aquella fúnebre góndola. |
All efforts proved in vain. Many of the most energetic in the search were relaxing their exertions, and yielding to a gloomy sorrow. There seemed but little hope for the child; (how much less than for the mother!) but now, from the interior of that dark niche which has been already mentioned as forming a part of the Old Republican prison, and as fronting the lattice of the Marchesa, a figure muffled in a cloak, stepped out within reach of the light, and, pausing a moment upon the verge of the giddy descent, plunged headlong into the canal. As, in an instant afterwards, he stood with the still living and breathing child within his grasp, upon the marble flagstones by the side of the Marchesa, his cloak, heavy with the drenching water, became unfastened, and, falling in folds about his feet, discovered to the wonder-stricken spectators the graceful person of a very young man, with the sound of whose name the greater part of Europe was then ringing. | Todos los esfuerzos resultaron inútiles. Muchos de los que se habían mostrado más enérgicos en la busca acabaron cediendo a sus esfuerzos y desistieron ante un sombrío desaliento. Las esperanzas de salvar al niño eran muy débiles. ¿Cuánto menos serían las de la madre? Pero de pronto, de aquel oscuro sitio del que he hablado antes y que formaba parte de la prisión de la vieja república frente a la ventana de la marquesa, una figura embozada en una capa surgió a los rayos de luz proyectados por las antorchas, y deteniéndose un momento sobre el borde del muro, se arrojó de cabeza al canal. Cuando un instante después reapareció con el niño en sus brazos, todavía vivo y respirando, sobre el enlosado de mármol junto a la marquesa, su capa, con el peso del agua que la empapaba, se desprendió, cayendo en pliegues a sus pies, y los espectadores, maravillosamente sorprendidos, descubrieron la graciosa persona de un hombre joven, cuyo nombre tenía gran resonancia en Europa. |
No word spoke the deliverer. But the Marchesa! She will now receive her child --she will press it to her heart --she will cling to its little form, and smother it with her caresses. Alas! another's arms have taken it from the stranger --another's arms have taken it away, and borne it afar off, unnoticed, into the palace! And the Marchesa! Her lip --her beautiful lip trembles: tears are gathering in her eyes --those eyes which, like Pliny's acanthus, are "soft and almost liquid." Yes! tears are gathering in those eyes-and see! the entire woman thrills throughout the soul, and the statue has started into life! The pallor of the marble countenance, the swelling of the marble bosom, the very purity of the marble feet, we behold suddenly flushed over with a tide of ungovernable crimson; and a slight shudder quivers about her delicate frame, as a gentle air at Napoli about the rich silver lilies in the grass. | El salvador no dijo una palabra. Pero ¿y la marquesa? ... ¿Tomará al niño? ¿Lo estrechará contra su corazón? ¿Lo cubrirá de caricias? Pero, ¡ay! los brazos de otro son los que han tomado al niño del extranjero —los brazos de otro se lo han llevado dentro del palacio . ¿Y la marquesa, repetimos? Sus labios, sus hermosos labios, tiemblan. Las lágrimas afluyen a sus ojos, aquellos ojos que como el canto de Plinio son "suaves y casi líquidos". Sí, las lágrimas invaden sus ojos. Toda la mujer se estremece desde lo más hondo de su ser y la estatua vuelve a la vida. La palidez de su semblante, la turgencia de su pecho níveo, la misma pureza de sus pies de mármol, los vemos cubrirse de pronto de un incontrolable carmín y un delicado estremecimiento sacude su delicado cuerpo como el suave viento de Nápoles agita los plateados lirios entre la hierba. |
Why should that lady blush! To this demand there is no answer --except that, having left, in the eager haste and terror of a mother's heart, the privacy of her own boudoir, she has neglected to enthrall her tiny feet in their slippers, and utterly forgotten to throw over her Venetian shoulders that drapery which is their due. What other possible reason could there have been for her so blushing? --for the glance of those wild appealing eyes? for the unusual tumult of that throbbing bosom? --for the convulsive pressure of that trembling hand? --that hand which fell, as Mentoni turned into the palace, accidentally, upon the hand of the stranger. What reason could there have been for the low --the singularly low tone of those unmeaning words which the lady uttered hurriedly in bidding him adieu? "Thou hast conquered --" she said, or the murmurs of the water deceived me-"thou hast conquered --one hour after sunrise --we shall meet --so let it be!" | ¿Por qué se sonrojó de aquel modo la dama? Para esta pregunta no existe respuesta, a no ser que su corazón maternal se haya olvidado de poner en sus menudos pies unas chinelas y sobre sus hombros venecianos un ropaje mas conveniente. ¿Qué otra razón posible podría haber sido la causa de su sonrojo? ¿A qué, sino a esto, podría deberse la mirada de aquellos ojos que parecían suplicar apurados? ¿Cuál, en otro caso, sería el origen del desacostumbrado palpitar de su pecho o la convulsiva agitación de su mano, de aquella mano que de modo accidental quedó en la del extranjero mientras Mentoni volvía a entrar en el palacio? ¿Qué razón podía tener el tono apagado, singularmente quedo, de su voz, cuando susurró estas palabras sin sentido, que la dama pronunció apresuradamente al despedirse? —"Me has vencido dijo ella, si es que el murmullo del agua no me engañó—; tú has vencido. Una hora después del amanecer nos encontraremos. ¡Que así sea! |
The tumult had subsided, the lights had died away within the palace, and the stranger, whom I now recognized, stood alone upon the flags. He shook with inconceivable agitation, and his eye glanced around in search of a gondola. I could not do less than offer him the service of my own; and he accepted the civility. Having obtained an oar at the water-gate, we proceeded together to his residence, while he rapidly recovered his self-possession, and spoke of our former slight acquaintance in terms of great apparent cordiality. | El tumulto había cesado; se habían apagado las luces en el interior del palacio y el extranjero, a quien entonces reconocí, permanecía solo sobre las losas. Se estremeció con una incontenible agitación y sus ojos miraron en torno del canal, buscando una góndola. Yo no podía menos de ofrecerle el servicio de la mía y él aceptó con cortesía. Después de conseguir un nuevo remo en el desembarcadero, seguimos por el canal hasta su residencia, mientras él rápidamente recobraba el dominio de sí mismo y hablaba de nuestro ligero encuentro anterior, aparentemente en términos de gran cordialidad. |
There are some subjects upon which I take pleasure in being minute. The person of the stranger --let me call him by this title, who to all the world was still a stranger --the person of the stranger is one of these subjects. In height he might have been below rather than above the medium size: although there were moments of intense passion when his frame actually expanded and belled the assertion. The light, almost slender symmetry of his figure, promised more of that ready activity which he evinced at the Bridge of Sighs, than of that Herculean strength which he has been known to wield without an effort, upon occasions of more dangerous emergency. With the mouth and chin of a deity --singular, wild, full, liquid eyes, whose shadows varied from pure hazel to intense and brilliant jet --and a profusion of curling, black hair, from which a forehead of unusual breadth gleamed forth at intervals all light and ivory --his were features than which I have seen none more classically regular, except, perhaps, the marble ones of the Emperor Commodus. Yet his countenance was, nevertheless, one of those which all men have seen at some period of their lives, and have never afterwards seen again. It had no peculiar --it had no settled predominant expression to be fastened upon the memory; a countenance seen and instantly forgotten --but forgotten with a vague and never-ceasing desire of recalling it to mind. Not that the spirit of each rapid passion failed, at any time, to throw its own distinct image upon the mirror of that face --but that the mirror, mirror-like, retained no vestige of the passion, when the passion had departed. | Existen algunos temas sobre los que me complazco en ser minucioso. La persona del extranjero (y permítaseme nombrar con este título a quien para todo el mundo era todavía un extranjero); la persona del extranjero era uno de estos temas. En estatura, podía haber sido considerado más bien por debajo de la estatura media, aunque en los momentos de intensa pasión su figura realmente crecía, y puede darse crédito a esta afirmación. La ligera y casi delgada simetría de su persona prometía más aquella decidida actividad que había demostrado en el Puente de los Suspiros que esa otra fuerza hercúlea de la que se sabe había hecho gala sin esfuerzo alguno en otra ocasión de más peligrosa necesidad. Su boca y su barbilla eran las de una deidad; sus ojos, extraños, grandes y fluidos; sus tonos variaban desde el más brillante castaño al más intenso azabache. Su cabello era negro y rizado, y su frente, de una anchura inusitada, brillaba en ocasiones con el brillo intenso del marfil. El conjunto de sus facciones tenía una regularidad clásica jamás igualada, excepto en el caso del emperador Cómodo. Con todo, su semblante era uno de esos que todos los hombres vemos en algún momento de nuestras vidas y que no volvemos a ver jamás. No tenía ninguna peculiaridad es decir, no tenía ninguna expresión predominante para que quedara fija en la memoria; una expresión, vista y olvidada en un instante, pero olvidada con un vago e incesante deseo de recordarla de nuevo. No es que el espíritu de cada pasión fugaz dejara en cualquier ocasión su clara imagen sobre el espejo de aquella cara, sino que aquel espejo, como los espejos auténticos no retenía vestigio de la pasión cuando ésta se había desvanecido. |
Upon leaving him on the night of our adventure, he solicited me, in what I thought an urgent manner, to call upon him very early the next morning. Shortly after sunrise, I found myself accordingly at his Palazzo, one of those huge structures of gloomy, yet fantastic pomp, which tower above the waters of the Grand Canal in the vicinity of the Rialto. I was shown up a broad winding staircase of mosaics, into an apartment whose unparalleled splendor burst through the opening door with an actual glare, making me blind and dizzy with luxuriousness. | Al dejarle la noche de nuestra aventura el me pidió, de un modo que me pareció apremiante, que fuera a visitarle muy temprano a la mañana siguiente. Poco después del amanecer, me encontré, como habíamos convenido, en su Palazzo una de esos enormes edificios de una sombría y, con todo fantástica pompa, que se alzaba sobre las aguas del Gran Canal, en las cercanías del Rialto. Fui conducido, subiendo una ancha y curva escalera de mosaico a una estancia cuyo resplandor sin igual me sorprendió al abrir la puerta con un verdadero resplandor dejándome ciego y aturdido ante su lujo. |
I knew my acquaintance to be wealthy. Report had spoken of his possessions in terms which I had even ventured to call terms of ridiculous exaggeration. But as I gazed about me, I could not bring myself to believe that the wealth of any subject in Europe could have supplied the princely magnificence which burned and blazed around. | Sabía que mi amigo era rico. Se había hablado de sus posesiones en términos que yo me había aventurado a llamar ridículamente exagerados. Pero cuando miraba a mi alrededor veía que la riqueza de cualquier persona en Europa no podía haber suministrado los medios para la principesca magnificencia que lucía y resplandecía por doquier. |
Although, as I say, the sun had arisen, yet the room was still brilliantly lighted up. I judge from this circumstance, as well as from an air of exhaustion in the countenance of my friend, that he had not retired to bed during the whole of the preceding night. In the architecture and embellishments of the chamber, the evident design had been to dazzle and astound. Little attention had been paid to the decora of what is technically called keeping, or to the proprieties of nationality. The eye wandered from object to object, and rested upon none --neither the grotesques of the Greek painters, nor the sculptures of the best Italian days, nor the huge carvings of untutored Egypt. Rich draperies in every part of the room trembled to the vibration of low, melancholy music, whose origin was not to be discovered. The senses were oppressed by mingled and conflicting perfumes, reeking up from strange convolute censers, together with multitudinous flaring and flickering tongues of emerald and violet fire. The rays of the newly, risen sun poured in upon the whole, through windows formed each of a single pane of crimson-tinted glass. Glancing to and fro, in a thousand reflections, from curtains which rolled from their cornices like cataracts of molten silver, the beams of natural glory mingled at length fitfully with the artificial light, and lay weltering in subdued masses upon a carpet of rich, liquid-looking cloth of Chili gold. | Aunque, como he dicho, había amanecido, la habitación todavía continuaba brillantemente iluminada. De esta circunstancia, como del aire de agotamiento de mi amigo, deduje que éste no se había acostado en toda la noche. En la arquitectura y decoración de la cámara se advertía un propósito evidente de asombrar y admirar. Se había prestado atención a eso que en decoración se llama conservación o armonía de las normas nacionales. El ojo vagaba de un lugar a otro, sin detenerse en ninguno; ni en las grotescas pinturas griegas, ni en las esculturas de los mejores tiempos italianos, ni en las enormes tallas del arte más primitivo de los egipcios. Ricos tapices, por todas partes temblaban por la vibración de una música tenue y melancólica, cuyo origen no se podía descubrir. Los sentidos se saturaban de perfumes mezclados y contradictorios que se exhalaban de incensarios extrañamente labrados, junto con multitud de llamas y lenguas de fuego color esmeralda y violeta. Los rayos del recién salido sol se reflejaban en el conjunto a través de las ventanas, que sólo tenían una sola lámina de vidrio color carmesí. Brillando aquí y allá, con múltiples irisaciones, y entre cortinas que caían en pliegues desde las cornisas como cataratas de plata fundida, los rayos de gloria natural, mezclados al fin caprichosamente con la luz artificial, se esparcían confusamente en suaves tonalidades sobre una alfombra de rico oro de Chile de aspecto líquido. |
"Ha! ha! ha! --ha! ha! ha!" --laughed the proprietor, motioning me to a seat as I entered the room, and throwing himself back at full length upon an ottoman. "I see," said he, perceiving that I could not immediately reconcile myself to the bienseance of so singular a welcome --"I see you are astonished at my apartment --at my statues --my pictures --my originality of conception in architecture and upholstery --absolutely drunk, eh? with my magnificence? But pardon me, my dear sir, (here his tone of voice dropped to the very spirit of cordiality,) pardon me for my uncharitable laughter. You appeared so utterly astonished. Besides, some things are so completely ludicrous that a man must laugh or die. To die laughing must be the most glorious of all glorious deaths! Sir Thomas More --a very fine man was Sir Thomas More --Sir Thomas More died laughing, you remember. Also in the Absurdities of Ravisius Textor, there is a long list of characters who came to the same magnificent end. Do you know, however," continued he musingly, "that at Sparta (which is now Palaeochori,) at Sparta, I say, to the west of the citadel, among a chaos of scarcely visible ruins, is a kind of socle, upon which are still legible the letters 'LASM'. They are undoubtedly part of 'GELASMA'. Now at Sparta were a thousand temples and shrines to a thousand different divinities. How exceedingly strange that the altar of Laughter should have survived all the others! But in the present instance," he resumed, with a singular alteration of voice and manner, "I have no right to be merry at your expense. You might well have been amazed. Europe cannot produce anything so fine as this, my little regal cabinet. My other apartments are by no means of the same order; mere ultras of fashionable insipidity. This is better than fashion --is it not? Yet this has but to be seen to become the rage --that is, with those who could afford it at the cost of their entire patrimony. I have guarded, however, against any such profanation. With one exception you are the only human being besides myself and my valet, who has been admitted within the mysteries of these imperial precincts, since they have been bedizened as you see!" | ¡Ja, ja, ja! ¡Ja, ja, ja!...—rió el propietario cuando entré en la habitación, indicándome que me sentara y haciéndolo él mismo cuan largo era sobre una otomana —. Veo —dijo, dándose cuenta de que yo no podía encajar del todo la holgura de tan singular acogida—; veo que usted está sorprendido de mi estancia, de mis estatuas, de mis cuadros, de la originalidad de conceptos en lo que se refiere a arquitectura y tapices. Completamente borracho por mi magnificencia, ¿eh? Pero perdóneme, mi querido señor (aquí su tono se hizo más cordial), perdóneme por mis risas poco caritativas. ¡Parecía usted tan asombrado! Además, hay cosas tan cómicas, que una persona no tiene más remedio que reír o morirse. Morir riendo debe de ser la muerte más gloriosa de todas. Sir Thomas More, un hombre muy educado, como usted recordará, murió riendo. También en las Absurdities, de la Ravisius Textor, hay una larga lista de personas que tuvieron el mismo magnífico final. Sabe usted —continuó pensativamente— que en Esparta, al oeste de la ciudadela, entre un caos de ruinas apenas visibles, existe una especie de zócalo sobre el cual todavía son visibles las letras: A A E M Indudablemente, forman parte de la palabra completa: LEAAEMA Ahora bien, en Esparta había un millar de templos y capillas dedicados a un millar de divinidades diferentes. ¡Qué extraño resulta que el altar de la Risa sea el que ha sobrevivido a todos los demás! Pero en el presente ejemplo prosiguió con una singular alteración de voz y expresión yo no tengo derecho a reírme a su costa. Es muy natural que usted se haya asombrado. Europa no puede producir algo tan hermoso como esto: mi pequeño salón real. Las demás habitaciones no son de ningún modo semejantes a éstas, sino simples ejemplos de la insípida moda. Ésta es mejor que la moda, ¿verdad'? Sin embargo, si llegara a conocerse, es seguro que despertaría una rabiosa envidia en muchos, que para conseguirlo no tendrían inconveniente en desprenderse de su patrimonio. Por eso lo he guardado contra el riesgo de una profanación. Con una única excepción; usted es el único ser humano, además de mi criado y yo mismo, que ha sido admitido en los misterios de estos recintos imperiales, desde que han sido adornados como usted puede ver. |
I bowed in acknowledgment; for the overpowering sense of splendor and perfume, and music, together with the unexpected eccentricity of his address and manner, prevented me from expressing, in words, my appreciation of what I might have construed into a compliment. | Me incliné en señal de reconocimiento. pues la abrumadora sensación de esplendor, de perfume y música, junto con la inesperada excentricidad de su lenguaje y maneras, me previno de expresar en palabras el reconocimiento de lo que podía considerarse como un cumplido. |
"Here," he resumed, arising and leaning on my arm as he sauntered around the apartment, "here are paintings from the Greeks to Cimabue, and from Cimabue to the present hour. Many are chosen, as you see, with little deference to the opinions of Virtu. They are all, however, fitting tapestry for a chamber such as this. Here too, are some chefs d'oeuvre of the unknown great --and here unfinished designs by men, celebrated in their day, whose very names the perspicacity of the academies has left to silence and to me. What think you," said he, turning abruptly as he spoke --"what think you of this Madonna della Pieta?" | —Aquí —prosiguió levantándose y a apoyándose en mi brazo para recorrer la habitación— hay pinturas que van desde los griegos a Cimbane, y desde Cimbane hasta nuestros días. Muchos han sido seleccionados como usted ve, sin tener mucho en cuenta las opiniones de la virtud. Son todos, sin embargo, una tapicería adecuada para una cámara como ésta. Hay también algunas obras maestras de grandes desconocidos y algunos bocetos sin acabar de artistas famosos en su día, cuyo nombre la perspicacia de las academias ha dejado para el silencio para mí... ¿Qué le parece —dijo, volviéndose bruscamente mientras hablaba— esta Madonna della Pietá? |
It is Guido's own!" I said with all the enthusiasm of my nature, for I had been poring intently over its surpassing loveliness. "It is Guido's own! --how could you have obtained it? --she is undoubtedly in painting what the Venus is in sculpture." | —Es un Guido auténtico —exclamé con todo el entusiasmo propio de mi temperamento, pues ya había estado observando detenidamente su incomparable belleza—. Es un Guido auténtico! ¿Cómo ha podido conseguirlo? Sin ningún género de dudas, esto significa en pintura lo que la Venus en la escultura. |
"Ha!" said he thoughtfully, "the Venus --the beautiful Venus? --the Venus of the Medici? --she of the diminutive head and the gilded hair? Part of the left arm (here his voice dropped so as to be heard with difficulty,) and all the right are restorations, and in the coquetry of that right arm lies, I think, the quintessence of all affectation. Give me the Canova! The Apollo, too! --is a copy --there can be no doubt of it --blind fool that I am, who cannot behold the boasted inspiration of the Apollo! I cannot help --pity me! --I cannot help preferring the Antinous. Was it not Socrates who said that the statuary found his statue in the block of marble? Then Michael Angelo was by no means original in his couplet -- | —¡Ah! —dijo él pensativamente. ¡ La Venus! ¿La hermosa Venus? ¿La Venus de los Médicis? ¿La de la cabeza diminuta y el cabello dorado? Parte de su brazo izquierdo (y aquí su voz descendió tanto que le oía con dificultad) y todo el brazo derecho están restaurados, y la coquetería de este brazo derecho, es, creo yo, la quintaesencia de la afectación. ¡A mí deme usted a Canova! El Apolo también es una copia, de esto no cabe duda. Y puede que yo sea necio y ciego, pero no puedo ver por ninguna parte la jactanciosa inspiración del Apolo. No puedo remediarlo, compadézcame, pero prefiero el Antinoo. ¿No fue Sócrates quien dijo que el escultor encuentra su estatua en el bloque de mármol? Entonces Miguel Ángel no fue muy original en su pareado: |
'Non ha l'ottimo artista alcun concetto
Che tin marmo solo in se non circonscriva.'" |
"Non ha l'attimo artista alcun concetto
Che un marmo solo in se non circonscriva". |
It has been, or should be remarked, that, in the manner of the true gentleman, we are always aware of a difference from the bearing of the vulgar, without being at once precisely able to determine in what such difference consists. Allowing the remark to have applied in its full force to the outward demeanor of my acquaintance, I felt it, on that eventful morning, still more fully applicable to his moral temperament and character. Nor can I better define that peculiarity of spirit which seemed to place him so essentially apart from all other human beings, than by calling it a habit of intense and continual thought, pervading even his most trivial actions --intruding upon his moments of dalliance --and interweaving itself with his very flashes of merriment --like adders which writhe from out the eyes of the grinning masks in the cornices around the temples of Persepolis. | Se ha observado, o debería ser observado, que en las maneras del verdadero caballero encontramos una diferencia de las del hombre vulgar, sin ser capaces de precisar con exactitud en qué consiste tal diferencia. Pudiendo aplicarse esta observación al modo de ser de mi amigo, sentí que en aquella venturosa mañana podía aplicarse aún más fecundamente a su temperamento y carácter moral. No puedo definir mejor aquella peculiaridad de espíritu que parecía colocarle tan esencialmente aparte de todos los demás seres humanos sino denominándolo un hábito de pensamientos intensos y continuos que prevalecía aun en sus acciones más insignificantes —entrometiéndose en sus momentos de alegría e interviniendo en sus relámpagos de la misma como las serpientes que brotan de los ojos de las máscaras sonrientes que rodean los templos de Persépolis. |
I could not help, however, repeatedly observing, through the mingled tone of levity and solemnity with which he rapidly descanted upon matters of little importance, a certain air of trepidation --a degree of nervous unction in action and in speech --an unquiet excitability of manner which appeared to me at all times unaccountable, and upon some occasions even filled me with alarm. Frequently, too, pausing in the middle of a sentence whose commencement he had apparently forgotten, he seemed to be listening in the deepest attention, as if either in momentary expectation of a visitor, or to sounds, which must have had existence in his imagination alone. | No pude, sin embargo, menos de observar repetidamente, a través del tono medio de ligereza y solemnidad en el que en seguida se refería a asuntos de poca importancia, cierto aire trepidante, un poco de fervor nervioso en sus actos y en sus palabras, una inquieta excitabilidad en sus maneras, que me pareció a veces incomprensible y en algunas ocasiones me llenó de alarma. Además, frecuentemente solía detenerse en medio de una frase cuyo comienzo había olvidado aparentemente y parecía escuchar con la más profunda atención como si esperara de un momento a otro la llegada de un visitante u oyera ruidos que sólo debían haber existido en su imaginación. |
It was during one of these reveries or pauses of apparent abstraction, that, in turning over a page of the poet and scholar Politian's beautiful tragedy "The Orfeo," (the first native Italian tragedy,) which lay near me upon an ottoman, I discovered a passage underlined in pencil. It was a passage towards the end of the third act --a passage of the most heart-stirring excitement --a passage which, although tainted with impurity, no man shall read without a thrill of novel emotion --no woman without a sigh. The whole page was blotted with fresh tears, and, upon the opposite interleaf, were the following English lines, written in a hand so very different from the peculiar characters of my acquaintance, that I had some difficulty in recognising it as his own. | Fue durante una de aquellas ausencias o pausas de aparente abstracción, al volver yo una pagina de la bella tragedia Orfeo, del poeta y erudito político Politian (la primera tragedia italiana pura), cuyo libro reposaba junto a mí en una otomana, cuando encontré un pasaje subrayado con lápiz. Era un pasaje hacia el final del tercer acto: un pasaje de la mayor exaltación personal un pasaje que aunque manchado de impureza, no puede leer ningún hombre sin un estremecimiento y ninguna mujer sin lanzar un suspiro. Toda la página estaba salpicada de lágrimas recientes, y entremedias había una hoja intercalada con los siguientes versos ingleses, escritos con una letra tan distinta a la peculiar de mi amigo, que tuve alguna dificultad en reconocerla como suya. |
Thou wast that all to me, love,
For which my soul did pine -- A green isle in the sea, love, A fountain and a shrine, All wreathed with fairy fruits and flowers; And all the flowers were mine. Ah, dream too bright to last; Ah, starry Hope that didst arise But to be overcast! A voice from out the Future cries |
Tú fuiste para mí, oh amor,
todo lo que mi espíritu anhelaba, isla verde en el mar, fuente y santuario, con guirnaldas de frutas y de flores, oh amor, que fueron mías. ¡Ah hermoso sueño, por hermoso efímero! ¡Ah estrellada Esperanza que surgiste para pronto morir! Una voz del futuro me reclama: |
"Onward!" --but o'er the Past
(Dim gulf!) my spirit hovering lies, Mute, motionless, aghast! For alas! alas! me The light of life is o'er. "No more-no more-no more," (Such language holds the solemn sea To the sands upon the shore,) Shall bloom the thunder-blasted tree, Or the stricken eagle soar! Now all my hours are trances; And all my nightly dreams Are where the dark eye glances, And where thy footstep gleams, In what ethereal dances, By what Italian streams. Alas! for that accursed time They bore thee o'er the billow, For Love to titled age and crime, And an unholy pillow -- From me, and from our misty clime, Where weeps the silver willow! |
—¡Adelante! ¡Adelante!—. Mas se cierne
sobre el pasado (¡negro abismo!) mi alma medrosa, inmóvil, muda. ¡Ay, ya no está conmigo la luz de mi existencia! «Ya nunca... nunca... nunca» (así murmura el mar solemne a las arenas de la playa), ya nunca el árbol roto dará flores ni el águila muriente alzará su vuelo. Hoy mis días son vanos y mis nocturnos sueños andan allá donde tus ojos grises miran, donde pisan tus plantas, ¡oh, en qué danzas etéreas, a la orilla de itálicos arroyos! ¡Ay, en qué aciago día por el mar te llevaron robándote al amor, para entregarte a caducos blasones mancillados! ¡Robándote a mi amor, a nuestra tierra donde lloran los sauces en la niebla! |
That these lines were written in English --a language with which I had not believed their author acquainted --afforded me little matter for surprise. I was too well aware of the extent of his acquirements, and of the singular pleasure he took in concealing them from observation, to be astonished at any similar discovery; but the place of date, I must confess, occasioned me no little amazement. It had been originally written London, and afterwards carefully overscored --not, however, so effectually as to conceal the word from a scrutinizing eye. I say this occasioned me no little amazement; for I well remember that, in a former conversation with a friend, I particularly inquired if he had at any time met in London the Marchesa di Mentoni, (who for some years previous to her marriage had resided in that city,) when his answer, if I mistake not, gave me to understand that he had never visited the metropolis of Great Britain. I might as well here mention, that I have more than once heard, (without of course giving credit to a report involving so many improbabilities,) that the person of whom I speak was not only by birth, but in education, an Englishman. | Que aquellos versos estuvieran escritos en inglés, lengua que no creía yo que conociera mi amigo, me produjo una gran sorpresa. Sabía perfectamente la extensión de sus conocimientos y del singular placer que él tomaba en ocultarlos de la observación, para que me asombrara ante cualquier descubrimiento similar, pero el sitio donde estaban fechados me produjo, tengo que confesarlo un poco de asombro. Había sido escrito originariamente Londres y después cuidadosamente borrado, aunque no lo suficiente como para que pudiera ocultarse a una mirada observadora. Repito que este nombre me produjo no poco asombro, pues recordaba muy bien que en una conversación anterior con mi amigo le había preguntado en particular si se había encontrado alguna vez en Londres con la marquesa de Mentoni, la cual había residido unos años de su matrimonio en aquella ciudad, y que su respuesta, si no me equivoco, me dio a entender que él nunca había visitado la capital de la Gran Bretaña. Puedo mencionar también que en más de una ocasión había llegado a mis oídos que (sin prestar desde luego crédito a una noticia que parecía tan poco verosímil) la persona de quien hablo era inglés no sólo por nacimiento, sino también por educación. |
"There is one painting," said he, without being aware of my notice of the tragedy --"there is still one painting which you have not seen." And throwing aside a drapery, he discovered a full length portrait of the Marchesa Aphrodite. | —Hay un cuadro —dijo él sin darse cuenta de que yo había advertido la tragedia —,hay un cuadro que usted no ha visto. Y descorriendo un tapiz, dejó al descubierto un retrato de cuerpo entero de la marquesa Afrodita. |
Human art could have done no more in the delineation of her superhuman beauty. The same ethereal figure which stood before me the preceding night upon the steps of the Ducal Palace, stood before me once again. But in the expression of the countenance, which was beaming all over with smiles, there still lurked (incomprehensible anomaly!) that fitful stain of melancholy which will ever be found inseparable from the perfection of the beautiful. Her right arm lay folded over her bosom. With her left she pointed downward to a curiously fashioned vase. One small, fairy foot, alone visible, barely touched the earth --and, scarcely discernible in the brilliant atmosphere which seemed to encircle and enshrine her loveliness, floated a pair of the most delicately imagined wings. My glance fell from the painting to the figure of my friend, and the vigorous words of Chapman's Bussy D'Ambois quivered instinctively upon my lips: | El arte humano no podía haber llegado a más en la pintura de su belleza sobrehumana. La misma figura etérea que había yo visto de pie la noche anterior en las escaleras del Palacio Ducal, se encontraba ante mí una ves más. Pero en la expresión de aquel rostro, que brillaba de sonrisa por todas partes, se escondía (incomprensible anomalía) ese tinte incierto de melancolía que siempre será inseparable de la perfección de la belleza. Su brazo derecho se doblaba sobre su pecho y con el izquierdo señalaba a un vaso curiosamente adornado. Sólo uno de sus pies de hada era visible; tocando apenas la tierra, y apenas discernible en Ja brillante atmósfera que parecía rodear y enmarcar su belleza, flotaban un par de alas delicadamente imaginadas. Mi mirada se posó en la pintura de la figura de mi amigo y temblaron instintivamente en mis labios las vigorosas palabras del Bussy d'Ambois de Champan: |
"He is up There like a Roman statue! He will stand Till Death hath made him marble!" |
Está erguido como una estatua romana. ¡Y así permanecerá Hasta que la muerte lo haya vuelto mármol! |
"Come!" he said at length, turning towards a table of richly enamelled and massive silver, upon which were a few goblets fantastically stained, together with two large Etruscan vases, fashioned in the same extraordinary model as that in the foreground of the portrait, and filled with what I supposed to be Johannisberger. "Come!" he said abruptly, "let us drink! It is early --but let us drink. It is indeed early," he continued, musingly, as a cherub with a heavy golden hammer, made the apartment ring with the first hour after sunrise --"It is indeed early, but what matters it? let us drink! Let us pour out an offering to yon solemn sun which these gaudy lamps and censers are so eager to subdue!" And, having made me pledge him in a bumper, he swallowed in rapid succession several goblets of the wine. | ¡Vamos! dijo él finalmente, volviéndose hacia una mesa de plata maciza ricamente labrada, sobre la que se veían unas cuantas copas de cristal fantásticamente talladas, junto con dos grandes vasos decorados con el mismo y extraordinario modelo que el del fondo del retrato y llenos de le que suponía ser vino de Johamnisberger—. ¡ Vamos! —dijo él bruscamente—. ¡ Bebamos! Es muy pronto, pero bebamos. En realidad es muy temprano —continuó pensativo, al tiempo que un querubín daba la hora con un pesado martillo de oro y hacía resonar en la estancia la hora primera después de amanecer—. Es muy temprano. ¡Bebamos! Bebamos en homenaje a ese espléndido sol que estas brillantes lámparas y estos incensarios pretenden nominar! Y luego de brindar conmigo. se bebió rápida y sucesivamente varías copas de vino. |
"To dream", he continued, resuming the tone of his desultory conversation, as he held up to the rich light of a censer one of the magnificent vases --"to dream has been the business of my life. I have therefore framed for myself, as you see, a bower of dreams. In the heart of Venice could I have erected a better? You behold around you, it is true, a medley of architectural embellishments. The chastity of Ionia is offended by antediluvian devices, and the sphynxes of Egypt are outstretched upon carpets of gold. Yet the effect is incongruous to the timid alone. Proprieties of place, and especially of time, are the bugbears which terrify mankind from the contemplation of the magnificent. Once I was myself a decorist: but that sublimation of folly has palled upon my soul. All this is now the fitter for my purpose. Like these arabesque censers, my spirit is writhing in fire, and the delirium of this scene is fashioning me for the wilder visions of that land of real dreams whither I am now rapidly departing." He here paused abruptly, bent his head to his bosom, and seemed to listen to a sound which I could not hear. At length, erecting his frame, he looked upwards and ejaculated the lines of the Bishop of Chichester: -- | —Soñar continuó, volviendo a adoptar el tono de su conversación inconexa, mientras levantaba uno de los magníficos vasos a la luz de un incensario soñar ha sido el objetivo de mi vida y para eso he hecho construir este retiro : para soñar. ¿Podía haber levantado uno mejor en el corazón de Venecia? Mire usted a su alrededor: es verdad que parece una mezcolanza de ornamentos arquitectónicos. La castidad jónica se ve ofendida por los designios antediluvianos, y las esfinges de Egipto se tienden sobre tapices de oro. Pero el aspecto que esto ofrece sólo puede resultar incongruente para los apocados. La unidad de lugar, y especialmente la de tiempo, son los espantajos que aterrorizan a los hombres en la contemplación de la magnificencia. En un tiempo yo mismo fui un decorador: pero aquella sublimación de la tontería acabó por cansar mi alma. Todo esto que me rodea es lo adecuado para llenar mis propósitos. Como esos incensarios árabes, mi espíritu se retuerce en el fuego, y cl carácter delirante de todo este escenario esta diseñado para las más extrañas visiones de esta tierra de auténticos suenas, hacia la cual yo estoy ahora rápidamente partiendo después, se detuvo de pronto, inclino la cabeza sobre su pecho y pareció escuchar un sonido que yo no podía oír. Al final se irguió, miró hacia arriba y recitó los versos del obispo de Chichester: |
Stay for me there! I will not fail
To meet thee in that hollow vale. |
Espérame allá! Yo iré a encontrarte En el profundo valle. |
In the next instant, confessing the power of the wine, he threw himself at full length upon an ottoman. | Un momento después, confesó el poder del vino, arrojándose todo lo largo que era sobre una otomana. |
A quick step was now heard upon the staircase, and a loud knock at the door rapidly succeeded. I was hastening to anticipate a second disturbance, when a page of Mentoni's household burst into the room, and faltered out, in a voice choking with emotion, the incoherent words, "My mistress! --my mistress! --poisoned! --poisoned! Oh beautiful --oh beautiful Aphrodite!" |
[…]
¡Mi señora, mi señora! ¡Envenenada! ¡Envenenada! ¡Oh hermosa Afrodita! |
Bewildered, I flew to the ottoman, and endeavored to arouse the sleeper to a sense of the startling intelligence. But his limbs were rigid --his lips were livid --his lately beaming eyes were riveted in death. I staggered back toward the table --my hand fell upon a cracked and blackened goblet --and a consciousness of the entire and terrible truth flashed suddenly over my soul. | Aturdido, volé hacia la otomana e u tenté levantar al durmiente para darle la sorprendente noticia, pelo sus miembros estaban rígidos, sus labios estaban lívidos sus ojos, hasta hacía unos momentos brillantes, parecían sellados por la muerte. Tambaleándome, retrocedí hasta la mesa; mi mano se deslizó sobre una copa rajada y ennegrecida, y la conciencia de la total y terrible verdad sobrecogió repentinamente mi alma. |